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Las carretas de Costa Rica Algunos ticos todavía prefieren el método tradicional. Carretas de bueyes se han convertido en sinónimo de Costa Rica. Aunque el llamativo carro de bueyes de hoy se parece muy poco a los vehículos originales toscos, rectangulares, caña-enmarcado de antaño, las carretas pintadas de vivos colores ocupan un lugar prominente en la historia de Costa Rica y su desarrollo económico. Los carros, que alguna vez dominaron el paisaje rural de la sierra central, se remontan a finales del siglo 19, pero fueron utilizados exclusivamente para el transporte de café y otros productos agrícolas hasta bien entrado el siglo 20. La carreta parece simbolizar la autosuficiencia y la fortaleza de los pequeños agricultores de Costa Rica. En el pico del auge del café y antes de la construcción del Ferrocarril del Atlántico, carretas de bueyes se utilizaban para transportar los granos de café a Puntarenas, que se encuentra en la costa del Pacífico; ya que eran ideales para condiciones montañosas del país y caminos de tierra llenos de baches. El viaje requiere 10-15 días. Durante la época de lluvias, el camino de carretas se convirtió en algo así como un pantano. Por lo tanto, los costarricenses desarrollado su propia rueda sin radios - un cruce entre el disco azteca y el español spoked ruedas para cortar a través del barro y sin estancarse. En su apogeo, unos 10.000, carretas chirriantes engorrosos tuvieron un impacto significativo en la economía local; creando la necesidad de cosas tales como guardias viales, herrerías, hostales, camioneros, y workcrews para mantener las carreteras. En el viaje de regreso de Puntarenas, tendrían transportar mercancías principalmente de Europa de nuevo al Valle Central. Originalmente adornado con colores brillantes y diseños geométricos, para el año 1915, las flores habían florecido junto a las estrellas en punta, y luego se enfrenta e incluso paisajes en miniatura no tardaron en aparecer. Y concursos anuales (siendo celebrada hoy en día) estaban dispuestos a recompensar a los artistas más creativos. Los carros de bueyes, de hecho, habían dejado de ser puramente funcional y se habían convertido en fuente de orgullo de todos los agricultores. Cada carro también fue diseñado para hacer su propia "canción", un carillón tan único como una huella digital, producida por un anillo de metal que golpea el cubo de la rueda cuando la carreta traquetea a lo largo. Supuestamente, la intención era permitir que el propietario de la granja para escuchar sus trabajadores. Una vez que la carreta se había convertido en una fuente de orgullo individual, mayor se tuvo cuidado en su construcción, y se seleccionaron las maderas de la mejor calidad para tomar las mejores sonidos. En estos días, las carretas de bueyes se están decorados con escenas de la selva, animales salvajes, flores y otros diseños no tradicionales. Carretas de bueyes son todavía comunes en muchas partes del país. Los carros, que vienen en todos los tamaños (incluyendo una miniatura del tamaño aproximado de un coche de juguete) se hacen en Sarchí, la artesanía de madera capital del país. A pesar de que un carro de bueyes de tamaño completo de vez en cuando todavía se hace a mano, muchos parecen estar hechas para servir como barras de bebidas alcohólicas o las mesas de interior, o simplemente utilizados como adornos de jardín o simplemente para acentuar una esquina de una casa. Hoy en día, los carros obligadas a abandonar los campos de la tecnología moderna, son casi puramente decorativo, pero el oficio y la forma de arte viven en en Sarchí, donde los artesanos se siguen aplicando su toque magistral a las dos fabricas de carretas (talleres), que están abiertos para ver . Un carro de bueyes reproducción finamente hecho puede costar hasta $ 5.000.